viernes, marzo 29, 2024

La nena invisible

            Había 27 papelitos para 26 alumnos -hoy 25, porque Emiliano G. estaba con gripe, pero lo habíamos tenido en cuenta. La profesora tomó el que había quedado sin dueño en el fondo de la bolsa y...

Volver

            Los distintos paquetes de facturas, sándwiches y masas secas alegraban la sombría cocina. Era amplia y fresca pero antigua, cubierta hasta el techo por azulejos azul oscuro y protegida por un toldo de chapa demasiado extenso,...

Los verdugos

Desperté a medianoche por culpa de unas risas en la cocina. “Estos fracasados, cómo se nota que no tienen que madrugar mañana“, pensé. Me acerqué sigilosamente y noté que uno de los cuatro habituales, el de la...
El 2 de enero hice mi primera entrada en Wordpress y el 6 me encontré subiendo el último cuentito que tenía dando vueltas por la casa. Pensé "¿y ahora, qué?". Ahí me puse el objetivo de crear...

Paseo dominguero

            La flamante embarcación “Carlos A.” tenía dos alternativas de recorrido: Puerto Madero y La Boca. Yo, guía turística sin estudios y sin la menor idea de lo que estaba haciendo, también tenía dos opciones, pero opté por quedarme....

El gringo

“No way“, se dijo al imaginarse malgastando sus días y sus noches entre nubes de polvo rojizo volátil y mosquitos, en ese paisaje apático de horizonte, animales ariscos, quebrachos blancos y colorados y más y más horizonte,...

Un regalo de lujo

Esta historia ocurre en un típico pueblito de montaña, de esos donde la escasez de recursos económicos se compensa con vecinos siempre...

Convivencia

El agente inmobiliario tenía un defecto irremediable. Era honesto. Temía que alguien sufriera un accidente y cargar con la culpa por el resto de su vida. Así que se dedicó a advertir a cada posible comprador sobre...
Javier roncaba intermitentemente, sumido a medio desvestir en un sueño elegante sport. Había aterrizado en el acolchado blanco tras otro vuelo extenuante, apenas atinando el pobre a quitarse...

Agua bendita

Magnánimas cortinas de agua pura bañaban la ciudad y los campos tras semanas de un sol implacable y cruel. Los ceibos, arces y sauces recibían el bautismo complacidos, mientras cataratas de frescura brotaban por los tejados y...