Conversemos

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blog literario

Nos vemos esta tarde, en el astillero del Tigre. Sé que querías esperar por un clima más ameno, por flores en los canteros. Pero a veces las expectativas nos juegan en contra y terminamos malhumorados huyendo de los mosquitos y el calor. Así que te propongo lo siguiente: nos juntamos ahora y nos juntamos después.

No quiero que hagamos el recorrido juntos, hoy en día con unas coordenadas de GPS puedo llegar hasta la luna. Voy a llevar, si no te molesta, mis once años, pues gustan de las máquinas y me permiten subir y bajar escaleras con mayor facilidad. No saben de dolores musculares, como tampoco de estrellas y constelaciones, con lo cual estarán gustosos de oírte explicarlas por primera vez. Sé que está nublado, y sé que será de día, pero por esta vez, todo se puede. Como dijiste que no querías mozos, decidí llevar los pañuelitos de papa de mamá, y de postre, te tengo una sorpresa de merengue dorado y helado, a la que le voy a agregar un touch de dulce de leche, para que no rezongues.

Y prometo llevar silencio. Voy a escuchar todo eso que ya sé que querés decirme, pero sin interrumpir, porque entiendo que lo querés hacer igual. Sólo mencionaré que estás muy flaco, que te queda bien el color blanco y que estás más lindo que nunca. «My Way» de Sinatra la inventaron para vos. Y que te adoro con todo mi corazón, y que aunque falten aún unas horas para vernos, yo te veo en todos lados, en cada mate, en cada paisaje, en tus nietos, e incluso en el espejo.

Te amo, papá, Tri Tri, FUERZA.

NATALIA DOÑATE

Imagen: https://www.freeimages.com/photographer/robelm-30707

14 Comentarios

  1. ¿Y cómo está tu papá?
    Ese “apodo” que usás al final del relato, más allá de que por ahí tenga distinta connotación y u origen, también lo usábamos en familia y a veces así le digo a un hermano, a la distancia ( que subsana en parte la tecnología ).
    Saludos.

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