Podría habernos escrito tal y como estábamos ahora.
Desde un futuro libre del peso de la incertidumbre, devoro una manzana hasta el hueso. Su interior sabe a tierra y podredumbre. De haber registrado el ayer, hoy sería como si te estuviera viendo. Con andar sigiloso te acercás al gato de tu infancia, que yace desmantelado sobre un cajón de madera. Tus labios de quince años besan su duermevela y enhiestan sus orejas. Simulo desinterés en una reposera vacía, en la danza intermitente de los sauces.
Poco faltaba para que regresaran los demás.
El celular resulta menos amenazante cuando se lo decora con monedas y caracoles. Confío en que el día en que éste suene, lo haga en mi honor. Yo ya entendí que los textos que borro valen lo mismo que los que guardo. Al fin y al cabo, todos hablan de nosotros. Quizás si nos hubiera escrito con más detalle (la ternura incalculable, la perspicacia sin maldad) habríamos sido eternos.
Pero sonó el timbre.
Elegí el relato a medias, el sabor a olvido de aquella tarde veraniega.
NATALIA DOÑATE
Me hiciste acordar a una teoría que dice que todo está guardado y registrado en el Universo, no recuerdo si fue un psicólogo o un teósofo que la expreso, o ambos…
todo merece la pena ser guardado… que es lo mismo que decir que nada merece ser guardado. Al final somos eso, el olvido que dejamos.
Tristes y hermosas palabras.
Para esa agonía estoy ahorrando. Quizás el año próximo pueda disfrutar del verano austral mientras que Europa se congela.
Que así sea! Yo soy al revés, busco el frío
Nos guardamos lo que merece ser recordado; lo demás es el viento.
And nothing more 🙂
El valor de los momentos vividos, la importancia de la comunicación y la nostalgia que sentimos por lo que pudo haber sido.
Saludos.
Y el olvido, que borra nuestra historia. Gracias por pasar! 🙂