Calificación 3/5.
Recibí el producto en tiempo y forma.
Los asesores fueron amables al momento de la compra pero se desentendieron completamente cuando tuve problemas. Pésima atención posventa.
El aparato es liviano y estéticamente agradable. El mío es rosa perlado, aunque hay varias opciones. Se coloca como un reloj pulsera y tiene la función de contar pasos y frecuencia cardíaca, lo cual es un plus. Se programa desde el celular.
Mi experiencia no terminó bien. Es una pena porque el principio fue prometedor. Cruzando el semáforo estuve a punto de ser atropellada por un inconsciente que manejaba con el celular en la mano. Cargué inmediatamente la característica en el listado y desde entonces, cada vez que pasa un negligente al volante, el aparato tira un BIP. Incluso detecta el defecto en gente que no está incurriendo en la infracción en el momento. Funciona en dos planos: previene el contacto y ataca el problema, porque al idiota el sonido le resulta desagradable y de a poco toma distancia.
El programa trae un listado standard muy práctico: soberbia, hablar sin saber, errores de ortografía, vocabulario pobre, influenciabilidad a lo que dicen los medios, consumidor de cierto tipo de shows televisivos, hipocresía, y unas cuantas sugerencias más, pero también se puede personalizar, lo cual es importante para la experiencia del usuario, ya que la definición de «idiota» varía según la persona y su cultura.
En mi caso fue esclarecedor porque gran parte de mi entorno resultó ser defectuoso. Abandoné a mi amante -aunque admito que el uso del dispositivo fue superfluo-, a mis amigos y dejé de saludar al diariero. A mi familia la sigo viendo porque hay que quererlos igual.
Pero ahora ocurre que estoy sola en mi casa y no para de sonar. El BIP BIP me está volviendo loca. Creo que el producto no es de calidad y, como todo hoy en día, está pensado para fallar al poco tiempo.
NATALIA DOÑATE
Imagen: https://www.freeimages.com/photographer/akashk-51146
Inquietante, Natalia. Y bueno.
Gracias
Muy buena entrada: una muestra mas de «obsolescencia programada»…Un cálido saludo.
Qué bueno Bertha! Gracias por comentar y menos mal que nos lo tomamos con humor, jaja
Conciso, compacto, efectivo.
Todo lo que un gran cuento tienen que tener.
Muy buen contenido!!!
Muchaa gracias!! 🙂
Jaja si seguimos así podemos armar una demanda colectiva
Excelente relato. Me hace pensar en la excesiva cantidad de idiotas que nos rodean. ¿Sabes qué? creo que me voy a comprar uno como el tuyo. Saludos.
Ya mismo voy planeando una estafa piramidal 😉
Hace algunos años pedí ese aparato para Navidad y estos me apremiaron con la versión de marca blanca. No sólo me señaló a mí como idiota, sino que además incluía la función de señalarte todas las idioteces que cometías en tu día a día. Consideraba que hasta el movimiento de mi dedo meñique era idiota. Así que lo descambié y pedí un medidor de intensidad de idiotas, yo estoy en un respetable 70% de idiota, aunque me consuela que estoy en la media.
Encantado de leerte, compañera. Saludos.
Jaja muy interesante lo que me contás. Pensé en comprar ese que decís, pero tenía miedo que, de alcanzar niveles altos de idiotez, + el calor que está haciendo en Argentina, se prenda fuego. Por algo no permiten llevarlos en la valija.
Jajajaja muy buena respuesta Rafa. Muy probable yo ande por debajo de la media. Saludos amigo y gracias Natalia
Muy bueno! Me ha gustado mucho!
Gracias!!
Buenísimo. Definitivamente necesitamos uno de esos aunque corremos el peligro como en tu relato que el mismo aparato nos ponga en evidencia. ¡Saludos Natalia!
Muy bueno. Creo que alguna vez he conocido a algún personaje como el del relato….
Saludos
Gracias!! Por acá igual 😉
¡Muy bueno!
Genial!